Me encanta que el Rock de este país se sacuda la caspa -la tiene, vamos a reconocerlo- y trascienda sus propias fronteras. La última demostración de que se puede ir más allá en el Rock poético está siendo, como no podía ser menos, su traslación a la letra impresa del verso publicado y la literatura de ficción en pequeño formato. El último de estos enfants terribles del micro y la pluma es el cantante de los aragoneses Insolenzia, que acaba de publicar otra obra independiente: ‘Desechos de entretiempo’.
por Leonardo Cebrián Sanz
El Rock español empieza a tener bibliografía de autores. ¿Es un fenómeno pasajero o esta tendencia se normalizará hasta convertirse en una parte más de nuestra cultura? -Creo en la unión de todas las artes en general, y de la literatura y la música en particular. Esta tendencia de los últimos años es algo natural que debería haber comenzado a suceder hace tiempo, pero, como en casi todo, vamos con retraso. El componer canciones, escribir poemas, elaborar una novela, pintar un cuadro, actuar en una obra de teatro… son acciones creativas que tienen mucho en común y los que practican una de ellas es natural que tengan curiosidad o incluso necesidad de asomarse a otra forma de creación para ver sus propias capacidades.
El libro tiene una estructura curiosa, casi de antología: es breve, pero no le falta de nada: poesía, cuentos, prólogo y epílogo, ilustraciones ad hoc... ¿Te lo planteaste así? -Gracias. Nunca pensé que iba a quedar una obra tan redonda, sólo pretendía una liberación entre el disco-novela que saqué con Insolenzia a principios de 2010 y el que sacaremos en breve. Eran dos obras que continuaban tanto en temática como en personajes y necesitaba alejarme un poco de todo eso antes del gran empujón, así que me fui al relato breve y la poesía y me dediqué a dibujar otros personajes y situaciones. He quedado muy contento, las críticas están siendo excelentes y los lectores se me han multiplicado. No puedo pedir más.
¿Trabajas la poesía como si fuera una canción para Insolenzia o son empeños distintos? -Son actividades completamente distintas, aunque el hecho de hacer canciones hace que me resulte más sencillo dar ritmo a mis poesías. He querido liberarme completamente de todo; he optado por el verso libre y me he puesto a escribir sin ninguna atadura. Cuando finalicé el libro ya me encontraba liberado, me había vaciado, y ya me podía poner a trabajar en las canciones; de hecho, llevamos unos meses muy prolíficos y tenemos casi todo el disco terminado.
Tus poesías tienen elementos comunes entre sí, pero con los cuentos la cosa se pone mucho más difícil de catalogar. ¿Qué prefieres? ¿Versos o párrafos? -Me siento más cómodo en la prosa; es lo que más he leído y donde más he crecido como escritor. Un amigo me dijo que he avanzado mucho en poesía y que esa parte supera a la de los relatos. Supongo que para gustos, los colores, pero yo me quedo con la narración en prosa.
Daniel se despide con lo que bien podría ser una dedicatoria redactada en la Feria del Libro: -Muchas gracias, Leo, a Jon y todo el equipo por vuestro apoyo constante a Insolenzia y por hacer un hueco a mi humilde tinta. Salud y mucho más.
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DANIEL SANCET CUETO
Desechos de entretiempo
(Carcajada Records - Impresiones Quiméricas)
Daniel Sancet sobrevivió a los noventa, y se nota. En lugar de mandar mensajes SMS a los programas nocturnos de Tele 5, el cantante de Insolenzia maduraba una sensibilidad de autor que no ha hecho sino empezar a fluir cual catarata de creación. Atentos al caballero del sombrero, porque apunta fuerte como punto de referencia para una cultura de la calle que ya tiene poco de iletrada y sí mucho de alternativa personal a la vulgaridad de la masa. El Sancet poeta visualiza sus sueños con un lenguaje libre y provocador, tentado siempre por esas fresas sensuales que tanto le gustan o por las oscuras y atormentadas pesadillas que hacen del ser humano algo tan grande como a veces miserable. El Sancet narrador igual te escribe un cuento sobre la Guerra Civil o los maquis que un estimulante relato erótico o una suerte de diario de un adolescente perdido y nihilista. Su prosa cambia de registro con una facilidad envidiable, a una velocidad que aún no nos permite sacar conclusiones temáticas. Yo lo tengo claro: me ha picado el gusanillo y voy derecho a por mi ejemplar del último disco-libro de Insolenzia, en el que se incluía su novela ‘La boca del volcán’. Bienvenido amigo, necesitamos gente como tú para armar de razones al Rock cantado en castellano y que os/ nos empiecen a respetar como un movimiento artístico capaz de dar algo más que cuatro guitarrazos. ¿No tienes otros colegas que también escriban estas cosas? ¡Ah, y si te llama Sánchez Dragó para hablar de tu libro, no vayas, por favor!
Leonardo Cebrián Sanz
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