CODE WALRUS PROJECT


O lo tomas o lo dejas. Los pusilánimes lo tienen difícil para enfrentarse con garantías a este desafío sonoro en toda regla, parido en su 50% por uno de los colaboradores más carismáticos que alguna vez haya tenido nuestra revista. Este “Proyecto Código Morsa” es un radical experimento de vanguardia sinfónica y progresiva. Atención: no intente hacer esto en casa si sólo gusta de canciones de tres minutos con estribillos coreables.
por Leonardo Cebrián Sanz


La experiencia es tan radical que como inspiración citáis géneros tan distintos como estos: Heavy Metal Extremo, Avant, Jazz-Fusión, Prog-Rock, Electrónica, Experimental e incluso uno que no conocemos… ¡R.I.O! ¿En qué río derivan todos esos afluentes? Arni Álvarez: -Derivan en una experiencia minimal, cuya procedencia radica en toda esta profusa propuesta sónica. José y yo (ambos se han encargado de grabar todos los instrumentos) somos músicos de distinta procedencia musical. Nuestro lenguaje abarca un amplio espectro de tendencias, entre las que se dan elementos como el R.I.O. (Rock in Oposition) a la usanza belga, pasando por el Heavy Metal extremo, el Rock Progresivo clásico y de vanguardia, el Jazz o la notable influencia del sonido de King Crimson.
Los títulos de las suites y composiciones son crípticos y enigmáticos. ¿Qué significan? A: -El disco es una obra conceptual que acapara el entorno donde vivimos. Reflejamos un número de personajes que de modo irónico hemos fusilado sónicamente. Esta comarca en la que vivimos (Grado, Asturias) muestra un abismal desequilibrio de coherencia y está cerrada a cal y canto a la evolución en muchos aspectos. Criticamos a quienes ni comen ni dejan comer. No es preciso hacer letras a modo de mensaje para manifestar que si algo sobra son los tontos e ineptos.
Habéis dividido los temas en distintas partes, sin que aparentemente el oyente pueda distinguir el final y comienzo de cada una. ¿Hay alguna clave interna que las diferencie? -Las claves están en la variación de tempos, métricas y desarrollos. Code Walrus no suena nunca igual. Los temas largos tienen de todo y no son nada previsibles. Las partes que integran las tres suites no tienen inicios ni finales premeditados y el sonido siempre está en ebullición constante. Para el oyente puede resultar muy difícil saber dónde concluye una parte y da inicio otra. A esto están más acostumbrados los fieles a la filosofía del Rock Progresivo.
La portada muestra una guitarra eléctrica clavada en un hórreo típico asturiano. -Inicialmente la portada iba a estar protagonizada por una morsa tocando el saxofón. Sin duda, un gracioso colorido para esta obra. Como este disco es un delito sónico, más aún para oídos convencionales, y dado que el hórreo astur es toda una institución, incrusté una Fender en mi hórreo y realice varias fotos. El delito era muy tentador y sugerente a modo de portada, y guarda relación con nuestra procedencia regional y los contenidos y título del disco.
¿Cómo es eso de grabar un repertorio de semejante complejidad en un estudio casero? -Muy pocos son los que graban en estudios, y hemos aprovechado las posibilidades del mío propio para el proceso de trabajo. Sin prisas, sin presiones ni costes de ningún tipo; es una forma de trabajar más que relajada, en la que haces y deshaces a tu antojo. Este estudio está enfocado a producciones de audio y de voz, equipado con tecnología eficaz y resolutiva, y dispone de elementos suficientes para llevar a cabo este tipo de propuestas musicales.
¿Cómo crees que reaccionarán los amantes del Progresivo más clásico? ¿Os reconocerán como el “disco del año” o querrán colgaros por demasiado vanguardistas? -Lo que más dicen los seguidores del Rock Progresivo clásico y vanguardista es: ‘’Por lo menos no aburrís”. El disco está teniendo muy buena respuesta en medios especializados y otros más abiertos. No pretendemos ser la revelación del año, pero agrada gustar con nuestras paranoias y profusión musical. Esta historia no ha hecho más que empezar.

myspace.com/codewalrus
635.896.206

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