HIVERLAND

HIVERLAND nació en 2002 en San Sebastián, grabó inmediatamente un CD de siete temas (‘Wings in flames’), pero no es hasta el año pasado cuando consigue volver a registrar un disco completo: ‘THE RETURN’, un trabajo “semiconceptual” en palabras de su cantante Arkaitz Zayas.

por Marta M. Crisol

-Cuando el grupo pasó un momento de inactividad, empecé a trabajar en las letras y en aquel momento tan sólo expresé lo que sentía, y salieron cinco temas clave en torno a la historia del grupo, que se podría decir que forman parte de un mismo concepto: ‘Need for survive’, ‘The return’, ‘Never surrender’, ‘Riders of Metal’ y la grandiosa ‘Dark angel’. Hablan de la historia del grupo pero cada uno luego las podría llevar a su terreno e interpretarlas a su manera. Al fin y al cabo, no dejan
de ser vivencias personales que pueden coincidir con otro tipo de situaciones.

Por cierto, ¿cuál es tu disco conceptual (sin “semi”) favorito de la historia? –‘Seventh son of a seventh son’ de Iron Maiden. Sin lugar a dudas, marcó un antes y un después demostrando que
en la historia también había un lugar para el Metal. Un disco elaborado de principio a fin sin perder la esencia y el carácter del estilo.

Tantos años (de 2002 a 2009) hasta poder ver un elepé acabado. Es duro el mundo del Rock, ¿verdad? -Lo que es difícil es la convivencia y el respeto que hay que tener para poder llevar a cabo cualquier tipo de proyecto. En Hiverland siempre había faltado esa comunicación y antes, cada uno de los integrantes, tenía distintos objetivos; si los tenía. Ahora se goza de un ambiente muy bueno, hay respeto y estamos todos empujando hacia la misma dirección. Tenemos fe en que, el que se lo propone, tira para adelante como sea, aunque sea duro el mundo del Rock. Para algo somos heavies, ¿no?

Arkaitz me cuenta que van a grabar un videoclip… -Del tema ‘Million ways’. No ha sido difícil la elección ya que es uno de los más cortos del disco, y es importante no dar la brasa al espectador, ja, ja… Es el que mejor nos podría representar.

¿Podemos llamar entonces a este tema “el single” o te decantas por otro? -A finales del año 2008 sacamos un disco promocional en el cual metimos tres temas de ‘The return’. Entre ellos estaba ‘Need for survive’. Pensamos que era la mejor representación para un disco promocional de la banda, bien por su título -“Necesidad por sobrevivir”-, por su entrada tan enérgica y la combinación a lo largo del tema de cambios de ritmos y técnica. Anunciaba un futuro cambio. Esta sería mi elección.

Power Metal y Heavy de los ochenta. ¿Daría en el clavo alguien que definiese así vuestra música? -Nuestra música, por lo menos en este disco, es más Power que Heavy, pero sí que es cierto que conserva un toque de la vieja escuela en las composiciones de algunos temas. En las composiciones que estamos trabajando ahora se notará más un ligero cambio de estilo; queremos centrarnos en componer más temas a medio tiempo, sin que falte la velocidad, pero sin perder la contundencia de un sonido más crudo en las guitarras. Conservamos los estribillos pegadizos y los elaborados coros, a los que acompañarán un bajo contundente y una batería más rítmica y elaborada.

El 13 de marzo tocáis en la sala El Grito de Fuenlabrada. ¿Quién más está en el cartel? ¿Qué ofreceréis al que acuda?, ¿cómo es Hiverland en directo? -El cartel será: Atland, Hiverland y Azrael. Será el comienzo de la primera gira nacional de Hiverland. Estamos preparando un espectáculo muy clásico, intentamos cuidar mucho la estética en los directos para que vaya todo acorde con el show. Respecto a la música, nos preocupamos de ser fieles al disco aunque luego la magia del directo es la que te dicta cómo proceder en determinados momentos. Llevamos tiempo trabajando los temas para tocarlos en directo y eso se nota. Para todo el que vaya a vernos, tendremos camisetas y el disco en venta, y os estaremos esperando para ofrecer buen Heavy Metal.

¡Que no falte la anécdota en las entrevistas de LOS+MEJORES! -Habíamos empezado una actuación y, tras anunciar el próximo tema, empezamos a tocar, todo parecía ir bien, y cuando me acerqué el micro para empezar a cantar, no se escuchaba nada. Estuve unos segundos mirándolo de una forma extraña preguntándome si se le había acabado la pila… El tema seguía adelante, la pila estaba en perfecto estado y la gente se empezaba a mirar entre sí, miraba al técnico… Mientras, yo daba vueltas por el escenario buscando un micro de coros que funcionase y mostraba mi indignación de una forma graciosa ante el público hasta que encontré uno que funcionaba. Después del concierto nos contaron que una mujer se había tropezado y había arrancado varios cables de la mesa.

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